En las entrañas de la Peña del Seo, en el corazón del Bierzo, se esconde una historia oculta, envuelta en un halo de misterio y espionaje. Durante la Segunda Guerra Mundial, este lugar fue escenario de una frenética actividad minera, ya que el wolframio, un mineral estratégico para la fabricación de armas, era codiciado por todas las potencias en conflicto. Espías, contrabandistas y agentes secretos se movían en la sombra, convirtiendo esta zona en un hervidero de intrigas internacionales.
Peña del Seo. La Carrera:
Los ciclistas se congregaron en el Ayuntamiento de Corullón, listos para embarcarse en una aventura que les llevaría a revivir la historia de la fiebre del wolframio. La ruta, de 121 kilómetros y un desnivel acumulado de 4340 metros, prometía ser un desafío épico tanto física como mentalmente.
Desde el inicio, la ruta se adentró en un paisaje agreste y montañoso, siguiendo antiguos caminos mineros. Los participantes tuvieron que superar exigentes subidas y descensos técnicos, poniendo a prueba su resistencia y habilidad técnica. Al llegar al Pico Peña do Seo, la vista panorámica les recompensó con un espectáculo natural impresionante.
Sin embargo, la verdadera aventura comenzaba al adentrarse en el poblado minero de La Piela y la mina de wolframio. Los ciclistas se imaginaron a sí mismos como exploradores en busca de un tesoro oculto, rodeados de túneles oscuros y maquinaria abandonada. La sensación de misterio y aventura era palpable.
La ruta continuó a través de bosques frondosos y aldeas tranquilas, donde los ciclistas pudieron disfrutar de la belleza del entorno natural y conocer la rica historia de la zona. El Convento del Alba, con su arquitectura imponente, fue el broche de oro de una jornada inolvidable.
Desenlace:
Al cruzar la línea de meta en el Ayuntamiento de Corullón, los ciclistas se sintieron realizados y orgullosos de haber completado este desafío épico. No solo habían superado sus límites físicos, sino que también habían realizado un viaje en el tiempo, sumergiéndose en una historia fascinante y poco conocida.
Mensaje final:
La ruta de la fiebre del wolframio es mucho más que una simple carrera de bicicletas. Es una oportunidad para descubrir un patrimonio industrial único, conocer la historia de una época convulsa y disfrutar de la belleza de la naturaleza. Al participar en esta aventura, los ciclistas contribuyen a la preservación de este legado y al desarrollo del turismo rural sostenible.
¡Atrévete a desvelar el misterio del wolframio!
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